lunes, 9 de agosto de 2010

Empresa lito

entado en su silla de ruedas, Luis Fernando Calle permanece todo el día esperando a la gente que quiere llevarle basura electrónica, para que la Tierra descanse, aunque sea un poco.

Él, uno de los 26 empleados discapacitados de la empresa Lito -aparte de más de 200 mujeres cabeza de familia, que trabajan en las sedes de Medellín, Bogotá, Cali y Barranquilla-, ocupada de la separación de estos materiales y de exportarlos para su reutilización en Canadá, mantiene sobre sus piernas una planilla en la que va apuntando a los amigos del planeta y el material que entregan.

"Nelson Restrepo. Un teclado, una fuente de poder y un mouse", está escrito en la primera línea de la lista del día.

Luis Fernando se encarga de recibir los materiales en Autosura, una empresa de seguros de autos, situada en la Avenida de los Industriales, de siete y media de la mañana a cuatro y media de la tarde.

Cuenta que no son tantas las personas que se acercan a entregarle los desechos electrónicos. Y pensar que son muchas las toneladas de estos residuos que se botan con los demás desperdicios, orgánicos e inorgánicos, en las casas y oficinas.

Cada que llega alguna persona -"esta mañana vino una muchacha a traer una calculadora mala-", él los recibe y, mientras el visitante va anotando los datos en la planilla, él va acomodando el material en una de las dos grandes cajas de cartón que tiene a su lado.

Este hombre, que padece la discapacidad por una poliomielitis sufrida a los cinco años, vive solo en una pieza en Boston, donde paga, además del hospedaje, la comida.

Después de pasar muchos años por ahí rodando en su silla, sin mayores garantías, vendiendo cigarrillos y golosinas en una chaza en el Centro, se siente en la gloria desde que entró a trabajar a Lito, pues allí tiene, además de un sueldo fijo, las prestaciones y la seguridad social.

Cuando sale por la tarde, antes de irse a casa, se queda conversando con dueños de chazas de comestibles, sus antiguos compañeros.

Y a quienes llegan a Autosura a entregar las chatarras, les explica que si bien esta campaña va apenas hasta el viernes, 30 de octubre, debemos tener conciencia de seguir separándola, no revolviéndola con los demás desechos de la casa, ni dejarla tirada por ahí, en la calle.

Y añade que si bien los aparatos -un computador, un ventilador, una registradora- no son peligrosos en sí mismos, los componentes internos sí lo son.

Las partes de esos aparatos están hechos con químicos tóxicos que afectan al medio ambiente y, eventualmente, a personas, como los niños, que suelen llevarse muchas cosas a la boca.

"Lo que más traen son celulares", señala Luis Fernando, quien espera que los últimos días de campaña sus cajas de cartón se llenen más continuamente de materiales electrónicos, para que la Tierra descanse, aunque sea un poco.

1 comentario:

  1. ESTA EMPRESA SURGIO DE PERSONAS DISCAPACITADAS PARA QUE NO PERDIERAN SUS HOGARES HACE QUE LA BASURA SEA REUTILIZABLE PARA LA PERSONA

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